FERNANDO MARTÍN-SÁNCHEZ: MUCHOS QUISIMOS SER BEISBOLISTAS DE NIÑOS – Tomateros

FERNANDO MARTÍN-SÁNCHEZ: MUCHOS QUISIMOS SER BEISBOLISTAS DE NIÑOS

Fernando Martín-Sánchez

Este 30 de abril se celebra el Día del Niño y en este día, es oportuno recordar cuando éramos pequeños y nuestras únicas preocupaciones eran las tareas escolares y que no se acabara el chocomilk. Fue durante esa época que muchos de nosotros nos enamoramos del “Rey de los Deportes”: el béisbol.

Para algunos, el primer contacto con este hermoso deporte fue a través de visitas al estadio, viendo partidos por televisión, escuchándolos por la radio o incluso jugando con amigos sin conocer aún todas las reglas.

Cuando teníamos en nuestro poder una pelota, guante y bat, convertíamos el patio o incluso la sala en nuestro campo de los sueños. Nos imaginábamos pisando algún estadio de Grandes Ligas, jugando para nuestro equipo favorito y bateando un jonrón para ganar la Serie Mundial o ponchando al rival para asegurar el campeonato.

El simple hecho de pensar en béisbol nos iluminaba el rostro y, tal vez, fue en este momento cuando tomamos nuestra primera gran decisión en la vida: decirles a nuestros padres que queríamos entrar a un equipo de la liga infantil para cumplir ese sueño.

Quizás sin darnos cuenta, fuimos un poco egoístas, exigiéndole a nuestros padres que nos llevaran a los entrenamientos y que no hicieran planes los fines de semana porque teníamos algún juego programado. Ahora, reflexionamos y agradecemos su gran sacrificio, nos apoyaron en este camino con tal de vernos sonreír.

Sin embargo, solo algunos nacen con el talento y lo perfeccionan a lo largo de los años, hasta convertirse en verdaderos jugadores profesionales. Otros, aunque tenemos el deseo de destacar, desafortunadamente no tenemos ese don y debemos encontrar la manera de mantenernos cerca del deporte que, desde niños, nos ha brindado tantas alegrías. 

Ya sea como cronistas, sabermétricos, umpires, community managers, fotógrafos, reporteros y hasta como fervientes aficionados. Para los que compartimos esta pasión, el beisbol nos permite seguir siendo esos niños que soñaban con batear arriba de .300.

Una vez que el béisbol entra en nuestras vidas, permanece con nosotros hasta que dejamos este mundo. Los que ya hemos pasado por esta etapa, tenemos la misión de alentar a aquellos niños y niñas que apenas comienzan a soñar con convertirse en beisbolistas o ser parte de un equipo de softbol, tal como lo hicieron con nosotros. 

Vayamos a los estadios, apoyemos a los equipos locales, salgamos el domingo al parque y juguemos beisbol. Recordemos siempre, que los sueños sí se cumplen.