PALCO PREMIER
= PALCO PREMIER =
= Gil será ratificado como manager de Tomateros.
= Lo avalan dos campeonatos en tres temporadas
= Que ya se cubrió la multa de 100 mil pesos.
Jorge Luis Telles Salazar
La señal de Benjamín Gil durante el festejo del campeonato, no será obstáculo, ni mucho menos, para su repetición como manager de Tomateros de Culiacán para la próxima temporada de la Liga Mexicana del Pacífico.
Gil ya pagó su culpa: cubrió una multa de 100 mil pesos que le impuso la directiva del circuito, como acuerdo medular de la pasada reunión de presidentes de los ocho clubes de la Liga.
¿Quién cubrió esa multa?
¿Benjamín? ¿La directiva de Tomateros de Culiacán? Quien haya sido; lo importante es que ya saldó esa deuda con la familia beisbolera del Noroeste de nuestro país y es completamente elegible, por ende, para volver a ocupar el sitio de timonel de la nave guinda, cuando lleguen de nuevo los tiempos del beisbol invernal.
Y bueno, lo cierto es que la bautizada como “La Bengi señal” y el desempeño de Gil como manager de Tomateros, corren por dos caminos diferentes. Y ni tan siquiera paralelos, que quede claro.
Lamentable, cierto, el ex abrupto de Benjamín; pero esto no opaca, para nada, su papel como comandante en jefe del cuerpo técnico del club. Gil ha sido manager en tres ocasiones y en dos de ellas le ha dado sendos campeonatos a Culiacán. Para ser más claros, el décimo, en 2015 y el décimo primero, tres años después. En 2016, con todo y su nuevo estadio, “Bengui” no pudo llevar a Tomateros ni tan siquiera a la primera etapa de la postemporada.
El saldo, entonces, no solo es favorable. La estadística lo confirma: es abrumadoramente positivo.
Todo manager que hace campeón a un equipo tiene derecho a repetir.
Y aunque todavía no existe una confirmación oficial al respecto, de parte de la directiva, Gil será ratificado para la temporada 2018-2019.
Con todo y “Bengui señal”.
= DIO, EL INQUISIDOR =
Y bien.
La exagerada demostración de euforia de Benjamín tuvo lugar la tarde del lunes 29 de enero, en el parque de Tomateros, ya en la parte final de la celebración, tras la conquista del décimo primer título y luego de siete trepidantes juegos contra los Mayos de Navojoa. Los dos últimos, allá en el valle del Mayo, al sur del vecino estado de Sonora.
Para entonces, ya había culminado el recorrido triunfal por las principales calles de Culiacán; ya se había desarrollado la mayor parte del programa y la gente seguía, eufórica, dentro del estadio: tanto en el graderío como en el campo de juego. La fiesta era a lo grande.
Ya estaban a punto de ser lanzados los primeros fuegos pirotécnicos, cuando Gil tomó el micrófono para gritar, a voz en cuello, la pellizcada de los equipos rivales, al tiempo que apretaba su puño derecho y lo movía rápidamente hacia arriba y hacia abajo. Como información, ya fue mucha, amigo lector.
Obvio: los ahí presentes, tan eufóricos como “Bengie” y sus jugadores, celebraron ruidosamente la ocurrencia; pero eso no gustó a los presidentes de los otros siete clubes, mucho menos a Dio Murillo, propietario de Aguilas de Mexicali, que fue el más ofendido y no precisamente por los cuatro juegos que le metieron los Tomateros, durante la etapa de semifinales de los “play offs” de enero próximo pasado.
De hecho, fue Dio – originario de Culiacán e hijo de un matrimonio de alta estima como el formado por el empresario Enrique Murillo (FETASA) y la respetable señora Pompeya Rogers – , quien hizo punta de lanza en el posicionamiento para que se le impusiera un castigo ejemplar a Benjamín. Y económico, que es donde más les duele a los peloteros.
Así pasó.
Y así, de la manera líneas arriba narrada, concluyó este episodio, uno más en el anecdotario de la Liga Mexicana del Pacifico.
Para muchos no era para tanto ruido: sencillamente, Benjamín Gil dio salida a su euforia con una señal unánimemente conocida y que la utilizan hasta los niños de primaria. Quienes estaban dolidos, sin embargo, la utilizaron en contra del manager de Tomateros, como una especie de paliativo a su frustración.
A final de cuentas, no se acabó el mundo; no se vino abajo el prestigio de la Liga Mexicana del Pacifico y el sol mantuvo su ruta de todos los días: de Oriente hacia el Poniente.
En fin.
= A MANERA DE COLOFON =
Y para terminar.
Bajo la circunstancia señalada, un día de estos la directiva de Tomateros de Culiacán convocará a conferencia de prensa para hacer la confirmación oficial.
Y junto con esto, vendrán nuevos anuncios de cara a la nueva campaña de la LMP.
Digamos que algunas repeticiones de jugadores; algunas contrataciones en mente y la posibilidad de cambios de peloteros con algunas otras organizaciones del mismo circuito invernal.
El ser el actual campeón, no quiere decir que no se piense en algunas modificaciones a la estructura del plantel.
Claro que sí. Y relevantes, hasta eso.
Con esta información, nos despedimos de usted amigo lector, con los deseos de siempre: que Dios los bendiga.
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