“ESPERO DURAR MUCHOS AÑOS”, SALIÓ DEL ALMA
PALCO PREMIER
* La presentación oficial de Benjamín Gil
* “Espero durar muchos años”, le salió del alma
* Junta de la LMP el miércoles, en Mazatlán
Por Jorge Luis Telles
Con el ferviente deseo – como que le salió desde el fondo de su alma – de permanecer muchos años en la organización, Benjamín Gil se puso, nuevamente, la casaca de los Tomateros de Culiacán. Será el manager del equipo de casa para la próxima temporada de la Liga Mexicana del Pacífico, que arrancará el 10 de octubre venidero.
Gil no necesita, por supuesto, carta de presentación; pero, de cualquier modo había que cumplir con la formalidad. Todos le conocen. Incluso los noveles periodistas.
Y así sucedió.
Tal y como Juan Manuel Ley lo hizo en enero de 2014, ahora tal responsabilidad le tocó a Héctor Ley López, con la presencia de la directiva en pleno: Marcos y Diego Ley López; Jaime Blancarte Pimentel y Héctor Ley Pineda. También ahí, en la mesa de presídium, Mario Valdez, gerente deportivo de la organización.
Benjamín regresa a Tomateros sin resentimiento alguno, por su salida en la conclusión de la campaña 2015-2016, justo al año de la obtención del décimo título, palmarés logrado con él al frente del equipo. Entiende, en realidad, que al no haber logrado ni tan siquiera la calificación a los “play offs” – en el primer año de operación del nuevo parque de pelota -, dejar el equipo en otras manos no era solo un acuerdo sano, sino necesario.
Los resultados, en realidad, no eran, ni por asomo, los presupuestados, así que su situación era sencillamente indefendible. De hecho, ante los ojos de los críticos, Gil fue aguantado mucho más allá de lo admisible: durante toda la temporada, cuando, por mucho menos que eso, han caído muchos managers; algunos de ellos verdaderos señorones del béisbol.
Cuando se fue, sin embargo, supo que volvería algún día.
Y esto se dio, ahora que sí, en menor tiempo del esperado: fue el elegido por la directiva de entre no menos de cinco cartas que estaban sobre el tendido. Algunas de ellas de alto reconocimiento a nivel internacional.
Bengie estaba nervioso y emocionado a la hora de la presentación. Era tal su sentimiento, que le costaba hilvanar palabras ante las preguntas de los cronistas deportivos.
Cuando se puso la casaca, sin embargo, dejó escapar su emoción con una frase celebrada por los directivos y los periodistas ahí presentes que tienen el mismo código de todos: cero aplausos al momento de ejercer su labor. Gil se cerró su camisola y expresó: “espero que sea por muchos años…”
Ya veremos.
CHAMBA DE MANAGER, DE ALTA VOLATILIDAD
Bien.
En realidad, el trabajo de un manager de béisbol es de muy alta volatilidad. Más aquí, en la Liga Mexicana del Pacífico, cuando terminada la tercera semana de competencias ya se habla del final de la primera vuelta y de la cosecha de los puntos correspondientes.
Aquí los dueños de clubes son sumamente exigentes con sus managers. De hecho muy pocos toleran un par de semanas de malos resultados (digamos como perder 9 de 12 juegos) y van sobre la cabeza del manager. Hay que entenderlos: en una temporada tan corta, como la del circuito invernal, los sentimientos quedan en un segundo plano.
En esto, Tomateros tiene su propia historia. Hay cuando menos tres casos de managers despedidos, tras haber ganado la primera vuelta y de mantener resultados solo aceptables en la segunda.
Así que mucho es lo que tendrá que hacer Benjamín Gil, si es que quiere conservarse muchos años como manager del equipo guinda.
Por lo pronto, ganar el campeonato de la siguiente temporada.
Es el propósito para el que se trabajará de manera irrenunciable: la nueva directiva de Tomateros quiere su primer título como tal, lo que sería el décimo primero en la historia de la franquicia.
De momento, Benjamín Gil sabe que cuenta, en el papel, con uno de los mejores rosters de la Liga, en cuya configuración se entreteje la cantera de novatos regionales con peloteros estelares de otras latitudes. Una relación en la que figuran beisbolistas consagrados, que se combinan con un pie de veteranos, ya en sus últimos aires en la fuerte pelota del circuito invernal.
Ese roster ahí está, en efecto; pero sujeto a modificaciones.
Algunos de ellos, sin duda, ya no entrarán en los planes del club y otros están en la clásica condición de negociables, en el ánimo de cubrir las debilidades del equipo, mismas que, aunque ya identificadas, requieren de un diagnostico definitivo.
En esa tarea entrará también Benjamín Gil, de la mano de Mario Valdez, Jaime Blancarte y todo el cuerpo técnico de la franquicia.
De esto imposible adelantar algo porque no lo hay y porque se hieren susceptibilidades. Quedémonos con la explicación de Héctor Ley. “Todos estamos igual; esto nos falta y de esto otro nos sobra. Es ahí cuando entran las negociaciones con los otros clubes.
Pendientes pues.
EN MAZATLAN, JUNTA DE LA LMP
Por otro lado.
La directiva de la Liga Mexicana del Pacifico se reunirá este miércoles con los presidentes del circuito en el puerto de Mazatlán. La clásica junta mensual de cara a una nueva temporada que parece todavía lejos; pero que en realidad está más cerca día con día. A poquito más de cinco meses ya.
A estas alturas, los magnates de la LMP ya sesionaron en dos ocasiones y ya agotaron los puntos de rigor, tales como los informes financieros, los deportivos y los resultados en general de la campaña pasada, incluida la Serie del Caribe Culiacán 2017.
Ya están en puerta los proyectos concretos.
Uno de ellos, quizás el más importante, lo es la aprobación preliminar del proyecto de rol de juegos, con fecha tentativa de arranque para el 10 de octubre. Ahora a Tomateros le corresponde iniciar en casa, posiblemente contra los Charros de Jalisco.
Los señores directivos confirmarán el sistema de competencias; el número de peloteros extranjeros y también la cifra de refuerzos para la postemporada.
De hecho, ratificaciones exclusivas. Ya hace mucho tiempo que estos temas no se tocan, ni con el pétalo de una rosa, toda vez que son garantía para la operatividad y también para la rentabilidad del circuito invernal.
Habrá que estar pendientes, de cualquier modo.
Y con este comentario, nos despedimos de usted, amigo lector, con nuestros deseos de siempre: que Dios los bendiga.